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Cualquiera que aun piense que la intuición no es un fenómeno real, necesita leer este artículo. La ciencia convencional se ha dado cuenta de que los aspectos no físicos del ser humano no solo son reales, sino que pueden cultivarse y desarrollarse para convertirse en herramientas poderosas para el desarrollo y uso personal.
Los fenómenos no físicos, como la intuición, la visión remota, la telepatía y la precognición (por nombrar algunos), por ejemplo, se han estudiado durante décadas en los niveles más altos de los gobiernos más poderosos del mundo. Varias naciones han invertido millones, si no miles de millones de dólares, en estos programas con un éxito repetido, demostrado y consistente, pero a pesar de este hecho, estos hallazgos siguen sin ser reconocidos, clasificados, y en muchos casos arrojados a la trituradora de la “pseudociencia”.
Es comprensible, la nueva información y los descubrimientos siempre han sido fuertemente rechazados y ridiculizados por algunas de las autoridades intelectuales, especialmente si estos descubrimientos no encajan dentro del marco aceptado del conocimiento convencional. Existe una tendencia general a descartar las ideas que van contra la corriente y entran en conflicto con lo que previamente nos hemos convencido de que es verdad.
Entonces, ¿qué es exactamente la intuición?
Una buena forma de describirlo es un presentimiento, una sensación o un sentimiento sobre algo. Es llegar a algún tipo de verdad sobre algo en específico, un evento o experiencia sin utilizar ningún tipo de razonamiento analítico. Se ha medido la intuición, razón por la cual la Oficina de Investigación Naval de los Estados Unidos (ONR) admitió abiertamente haber desarrollado métodos para desarrollar y medir este fenómeno para sus soldados (fuente).
Ahora pregúntate, si una organización tan “prestigiosa” y con recursos económicos casi ilimitados para la investigación hace esta declaración, hablando sobre sus descubrimientos, ¿por qué nadie habla del tema? No es que estén ocultando la información, es que a mucha gente, incluyendo a los negadores sistemáticos, no les interesa documentarse bien sobre estos temas.
“Tenemos que entender qué da lugar a este llamado sexto sentido”, dice Peter Squire, oficial de programa en el Departamento de Guerra de Maniobras Expedicionarias y Combate al Terrorismo de la ONR. Los científicos de la Marina de hoy ponen menos énfasis en tratar de comprender los fenómenos teóricos y más en usar la tecnología para examinar el misterioso proceso, que los científicos de la Marina, aseguran al público, no se basa en supersticiones. “Si los investigadores comprenden el proceso, puede haber formas de acelerarlo y, posiblemente, difundir los poderes de la intuición entre las unidades militares”, dice el Dr. Squire. El enfoque del Pentágono es maximizar el poder del sexto sentido para uso operativo.
Como se mencionó antes, muchas habilidades interesantes que van más allá de la mente consciente y utilizan lo que algunos llamarían «aspectos metafísicos» han sido utilizadas durante mucho tiempo por los gobiernos y las agencias de inteligencia.
Quizás algún día la raza humana emplee estas habilidades para progresar y mejorar sus vidas, la experiencia humana. Es como la tecnología, ¿la usamos para el bien de la humanidad o la usamos para construir bombas y armas más poderosas y destructivas?
Es por eso que aquí siempre enfatizamos que la humanidad necesita un cambio de conciencia. Nuestros descubrimientos y desarrollos realmente no importan, lo más importante es la conciencia despierta detrás de esos descubrimientos. Por eso creemos que la forma de alcanzar un cambio real, verdadero, genuino y más potente proviene de adentro. Nosotros somos el problema, pero la buena noticia es que nosotros somos la solución. No podemos cambiar a nadie, pero si podemos cambiarnos a nosotros mismos por una versión más humana, amable y consciente.
La Dra. Judith Orloff, profesora clínica asistente de psiquiatría en UCLA, dijo a Forbes que:
“En mi práctica privada, trabajo con mujeres ejecutivas que acuden a mí para desarrollar su intuición. Lo ven como un ‘superpoder’ para usar en todas las decisiones en el trabajo, así como una guía sobre cómo ser buenos líderes y organizadores”.
Según la Dra. Orloff, los científicos creen que la intuición opera a través de todo el lado derecho de nuestro cerebro, el hipocampo del cerebro y a través de nuestro intestino (el sistema digestivo también tiene neuronas). (fuente)
Alexandra Mysoor, la escritora del artículo de Forbes, continúa explicando:
“Cuando los neurotransmisores (mensajeros químicos) en su intestino se activan, es posible que sienta “mariposas” o sensaciones de náuseas. Presta atención a esos mensajes. No es casualidad que usemos el término “intuición y presentimiento” indistintamente porque la ciencia ahora nos ha demostrado que nuestro intestino tiene un cerebro propio, un segundo cerebro por así decirlo. De hecho, nuestro intestino tiene una red completa de neurotransmisores llamada «sistema nervioso entérico»”.
El sistema nervioso entérico (SNE) es una subdivisión del sistema nervioso autónomo que se encarga de controlar directamente el aparato digestivo y advierte sobre el hambre y la saciedad; evita que entren sustancias invasoras y dañinas al cuerpo. Se encuentra en las envolturas de tejido que revisten el esófago, el estómago, el intestino delgado y el colon.
El cuerpo humano es un rompecabezas realmente asombroso, y probablemente no hemos penetrado más allá de capa primaria de la superficie cuando se trata de descubrir de lo que somos realmente capaces. Por ejemplo, un estudio publicado en la revista Frontiers in Human Neuroscience titulado “Prediciendo lo impredecible: análisis crítico e implicaciones prácticas de la actividad predictiva anticipatoria” examinó una serie de experimentos relacionados con la precognición.
Estos experimentos indican que el cuerpo humano puede detectar estímulos entregados aleatoriamente que ocurren con 1 a 10 segundos de anticipación. En otras palabras, el cuerpo humano parece saber de un evento y reacciona ante un evento que aún no ha ocurrido. Lo que ocurre en el cuerpo humano antes de estos eventos son cambios fisiológicos que se miden en el sistema cardiopulmonar, la piel y el sistema nervioso.
Ahora tenemos que hacer memoria; esa ocasión que dijimos “estuvo cerca, me salve por muy poco”, ¿realmente estuvo cerca y nos salvamos por cuestiones del destino, de milagro, porque no era nuestro momento, o quisas, solo quisas, ese evento lo pudimos predecir y de hecho lo evitamos deliberadamente pero sin siquiera saberlo? En un determinado escenario catastrófico, 10 segundos pueden significar la diferencia entre la vida y la muerte. Somos bastante negativos, nunca nos damos cuenta de las cosas que salen bien y siempre nos enfocamos haciendo énfasis en las cosas que salen mal.
Bastante curioso, ¿no? Otro artículo titulado “La intuición es la forma más elevada de inteligencia“, escrito por Bruce Kasanoff, explica lo siguiente:
“La intuición, sostiene Gerd Gigerenzer, director del Instituto Max Planck para el Desarrollo Humano, se trata menos de “saber” repentinamente la respuesta correcta y más de comprender instintivamente qué información no es importante y, por lo tanto, puede descartarse”.
Gigerenzer, autor del libro Gut Feelings: la inteligencia del inconsciente, dice que es fenómeno tanto intuitivo como racional. En su libro continúa diciendo:
“En mi trabajo científico, tengo corazonadas. No siempre puedo explicar por qué creo que un determinado camino es el correcto, pero necesito confiar en él y seguir adelante. También tengo la capacidad de comprobar estas corazonadas y averiguar de qué se tratan. Esa es la parte científica. Ahora, en la vida privada, confío en el instinto. Por ejemplo, cuando conocí a mi esposa, no hice cálculos. Ella tampoco”.
La intuición se considera una fuente clave de inspiración en el diagnóstico médico, la innovación tecnológica, las decisiones comerciales, los logros artísticos y el descubrimiento científico. Basado en un análisis de la vida de numerosos íconos científicos, Root-Bernstein concluyó que “Prácticamente sin excepción, los más grandes matemáticos y científicos afirman que el desarrollo de este algoritmo pictórico, visual, cinestésico o generalmente sensorial (asociado con la intuición) es la base para el pensamiento científico”.
Pero, ¿qué es la intuición? Dado su papel central en el avance de la ciencia y la civilización, uno podría pensar que este tema ha sido un tema de gran interés durante muchas décadas, especialmente dentro de la psicología académica. Sorprendentemente, hasta hace poco se ha ignorado cuidadosamente.
Esto puede deberse a que la naturaleza cuasi mágica y no racional de la intuición presenta un desafío embarazoso para la ciencia, que se enorgullece del poder del conocimiento racional. El conocimiento intuitivo no parece funcionar como las metódicas interferencias asociadas con el pensamiento racional. Surge “en un instante” o “de la nada”, a veces con respuestas correctas a problemas científicos y técnicos considerados muy complicados, soluciones elegantes a teoremas matemáticos complejos y partituras completas para composiciones musicales verdaderamente complejas.
El Instituto de HeartMath junto con Dean Radin, científico jefe del Instituto de Ciencias Noéticas (IONS), realizaron un experimento interesante hace unos años (fuente). Sobre la metodología científica y los resultados de su experimento, ellos explican lo siguiente:
Veintiséis adultos, con experiencia en el uso de técnicas HeartMath y que podían mantener un estado de coherencia cardíaca, completaron dos rondas de protocolos del estudio con aproximadamente dos semanas de diferencia. La mitad de los participantes (A) completaron los protocolos después de que lograron intencionalmente un estado de coherencia cardíaca durante 10 minutos. La otra mitad (B) completó los mismos procedimientos, pero sin lograr primero la coherencia cardíaca.
Luego, para la segunda ronda de monitoreos, invirtieron el proceso; el primer grupo (A) no alcanzo una coherencia cardíaca antes de completar los protocolos, y el segundo grupo (B) esta vez alcanzo un estado de coherencia cardíaca antes de completar los protocolos. El punto era probar si la coherencia cardíaca afectaba los resultados del experimento.
A los participantes se les dijo que el propósito del estudio era probar las reacciones al estrés y desconocían el propósito real. (Esta práctica cumple con los estándares de la junta de revisión institucional). Cada participante se sentó frente a una computadora y se le indicó que hiciera clic con el mouse cuando estuviera listo para comenzar.
La pantalla permaneció en blanco durante seis segundos. Los datos fisiológicos del participante se registraron mediante un programa de software especial y luego, una por una, se mostró una serie de 45 imágenes en la pantalla. Cada imagen, mostrada durante 3 segundos, evocaba una fuerte reacción emocional o un estado de calma. Después de cada imagen, la pantalla se quedó en blanco durante 10 segundos. Los participantes repitieron este proceso con las 45 imágenes, 30 de las cuales se sabía que evocaban una respuesta de tranquilidad y 15 evocaban a una respuesta emocional fuerte.
Los resultados del experimento fueron fascinantes por decir lo menos. Los cerebros y corazones de los participantes respondieron a la información sobre la calidad emocional de las imágenes antes de que la computadora las mostrara (en una selección aleatoria). Esto significa que el corazón y el cerebro estaban respondiendo a eventos futuros. Los resultados indicaron que las respuestas ocurrieron, en promedio, 4.8 segundos antes de que la computadora seleccionara las imágenes.
¿Qué tan perturbador es eso, en el buen sentido de sus aplicaciones?
Incluso más profundos, quizás, fueron los datos que mostraban que el corazón recibía información antes que el cerebro. “Primero se registra desde el corazón“, explicó Rollin McCraty, “luego hasta el cerebro, donde podemos relacionar lógicamente lo que estamos intuyendo, luego finalmente hasta el intestino (donde sentimos que algo se mueve)”.
Este estudio mostró que el corazón, junto con el cerebro, tiene algún tipo de inteligencia intuitiva que les permite predecir, con gran precisión, la naturaleza del tipo de evento que esta a punto de suceder.
Conclusión
Vivimos en una época en la que constantemente surgen nueva información y evidencia, desafiando lo que alguna vez pensamos que era real o lo que creemos saber sobre nosotros mismos como seres humanos. Es mejor mantener la mente abierta ante la evidencia empírica. Debatir la evidencia es como lanzarse de cabeza contra una pared de granito; solo porque algunas personas con problemas mentales lo hacen no quiere decir que todos debemos hacerlo. Quizás hay aspectos de nosotros mismos y de nuestra conciencia que aún no se han descubierto. Quizás si aprendemos de esta información, nos puede ayudar a mejorarnos a nosotros mismos y a los demás.
Vivimos nuestras vidas pensando y analizando constantemente, crecemos en la escuela memorizando, pero realmente no se nos enseña nada sobre nuestra intuición. Imagínese la diferencia que haría en nuestras vidas individuales si creciéramos aprendiendo cómo confiar en nuestra intuición, que es y cómo seguirla.
Entonces, surge la pregunta, ¿cuántos de nosotros realmente seguimos nuestro corazón? Parece que estamos inmersos en un sistema que nos anima a encontrar el mejor trabajo y pensar realmente en nuestro futuro. No hay nada de malo en eso, pero tenemos que preguntarnos, ¿qué impacto tiene en nosotros mentalmente si no seguimos nuestro corazón, nuestra intuición?
¿Estamos viendo un gran aumento en el uso de drogas, depresión y otros problemas mentales porque la sociedad nos obliga a tomar una dirección en la que realmente no deseamos ir? Nos hemos encargado de crear un mundo en el que no somos felices. En donde sea que veas en las esferas de la sociedad, encontraras infelicidad.
Los hombres quizás nunca hemos sido felices. Nos acostumbramos demasiado fácil al abuso y el sufrimiento. No seguimos lo que queremos, seguimos lo que nos dicen las corrientes de la sociedad. Sin irnos demasiado lejos en la historia, tenemos el ejemplo de la “paradoja de las mujeres”: las mujeres en general ahora están mejor educadas y con mejores salarios que hace 50 años, así lo muestran los números, ahora forman parte de la clase corporativo; pero antes eran más felices, según diversos estudios (fuente).
Hoy por hoy, las mujeres son más infelices incluso que los hombres, están en caída libre, lo cual nos sirve para ilustrar la dirección que hemos tomado ambos grupos. No hablo de casos específicos, y se entiende de sobra. El uso de antidepresivos está rompiendo los libros de la historia registrada en todas partes (fuente). Muy pronto, las drogas que ayudan a mitigar esa infelicidad serán tan común como tomarse una taza de café por la mañana.
¿Somos infelices porque no participamos en las cosas en las que nuestro corazón desea participar? ¿No estamos haciendo lo suficiente de lo que amamos?
Esto es algo sobre lo que debemos pensar sin darle a nuestro ego la oportunidad de interceder y responder por nosotros. Nunca ignores la voz de tu instinto, tu corazón, tu intuición, y sobre todo no permitas que tu ego se imponga a tu corazón, porque luego decidirá por tu cerebro.
Nuestro instinto siempre nos dice algo y es hora de que “escuchemos”. Esto se aplica a todas las experiencias, desde descifrar la información y la verdad hasta determinar qué camino es el que deseas tomar en la vida. Por último, ¿por qué estos estos estudios y descubrimientos no son tema de debate en los grandes medios de comunicación? Pareciera como que hay algo “allá afuera” que no quiere o no le interesa que nos entenderemos de ciertas cosas, como, por ejemplo, de lo que somos capases por pura naturaleza. O quizás simplemente nos hemos vuelto demasiado perezosos para interesarnos por nosotros mismos y de las cosas que somos capaces. No sabemos lo que somos, y ya nos da miedo serlo.